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¿Tu enfermedad te hace enojar?

Si una enfer­me­dad cró­ni­ca le ha estado mole­stan­do duran­te mucho tiem­po, enton­ces es com­pren­si­ble que esté eno­ja­do por ello. Lee en este artí­cu­lo cómo pue­des evi­tar que esta ira agra­ve tu enfer­me­dad a tra­vés de su toxi­ci­dad y cómo tam­bién pue­des cana­li­zar su poder en cana­les positivos. 

¿Su enfermedad le provoca ira?

Las enfer­me­da­des cró­ni­cas pue­den pas­ar­le fac­tu­ra a su cuer­po. El ago­ta­mi­en­to que sur­ge de un dolor y una enfer­me­dad inter­min­ables sue­le ser abru­mador, y sufrir una enfer­me­dad cró­ni­ca tam­bién pue­de cau­sar dolor emo­cio­nal, tan­to para usted como para sus seres queridos.

¿A veces te sien­tes eno­ja­do por tu enfer­me­dad? Ya sea que suce­da de vez en cuan­do o todo el tiem­po, usted está eno­ja­do porque:

  • ¿No pue­des rea­li­zar tus activ­i­d­a­des favoritas?
  • ¿Echas­te de menos pasar tiem­po con ami­gos y familiares?
  • ¿Se sien­te ago­t­a­do y enfer­mo todo el tiempo?
  • ¿Tiene una enfer­me­dad en la que sien­te que su cuer­po se está vol­vi­en­do con­tra sí mis­mo, o que algu­i­en le ha dicho que su cuer­po se está ata­can­do a sí mis­mo, solo para lue­go des­cu­brir que eso no es cierto?
  • ¿Sien­tes que no es jus­to que estés luchan­do constantemente?
  • ¿Pare­ces ser el úni­co que tiene que comer y vivir de mane­ra dife­ren­te, mien­tras que todos los demás pue­den comer lo que quier­an y sen­tir­se bien?
  • ¿Gas­tas­te todo tu dine­ro y ahor­ros pro­ban­do la mejor opción, sólo para des­cu­brir que en rea­li­dad no te ayu­dó a sen­tir­te mejor?
  • ¿Tener que jus­ti­fi­car­te con­stan­te­men­te ante otros que no enti­en­den por qué no comes como ellos, o incluso se bur­lan de ti?

Déja­me decir­te que es com­pren­si­ble que estés eno­ja­do por tu enfer­me­dad. Y tien­es razón: NO es jus­to que siemp­re te sien­tas cans­ado y débil. Es frus­tran­te cuan­do tien­es que aban­do­nar activ­i­d­a­des y pasa­tiem­pos por­que sien­tes que ya no pue­des rea­li­zar­los. La enfer­me­dad pue­de resul­t­ar muy ais­lan­te y tien­es todo el der­echo a estar enojado.

Sin embar­go, inten­t­e­mos cana­li­zar tu enfa­do de una for­ma más salu­da­ble. Si bien es importan­te estar en cont­ac­to con estos sen­ti­mi­ent­os y ser con­sci­en­te de ellos, con­cen­trar­se en las emo­cio­nes nega­tiv­as pue­de tener un impac­to nega­tivo en su salud físi­ca y men­tal. Si bien está bien sen­tir ira, pue­de crear toxi­ci­dad en el cuer­po: pue­de empe­orar los pro­ble­mas de salud actua­les al liberar adre­na­lina y cor­ti­sol, que ali­men­tan los virus suby­a­cen­tes. ¿Sabí­as que la sus­tancia más tóxi­ca para nues­tro cuer­po que ali­men­ta estos virus es nues­tra pro­pia adre­na­lina tóxica?

No es nin­gún secre­to que los sen­ti­mi­ent­os con­stan­tes de ira o estrés pue­den empe­orar pro­ble­mas de salud como:

  • hip­er­ten­sión
  • Pro­ble­mas digestivos
  • Depre­sión clí­ni­ca y ansiedad.
  • Car­dio­pa­tía
  • sis­te­ma inmu­noló­gi­co debilitado
  • Empe­o­r­ami­en­to de una enfer­me­dad pató­ge­na suby­a­cen­te, ya sea viral o bacteriana.

La ira es más que sim­ple­men­te sen­tir­se moles­to. Hay much­as emo­cio­nes descrip­ti­vas aso­cia­das con la ira. Pue­de ser resen­ti­mi­en­to, amar­gu­ra, irri­ta­bil­idad, frus­tra­ción o incluso odio. Es importan­te saber esto por­que todas las emo­cio­nes se expe­ri­men­tan en un espec­t­ro. Y la pala­bra E‑Motion signi­fi­ca ener­gía en movi­mi­en­to. La ira es una de esas emo­cio­nes que requie­re mucha ener­gía. Cuan­do pien­sas en ti mis­mo cuan­do estás eno­ja­do o cuan­do ves a algu­i­en expre­sar eno­jo, quie­res mover­te, gri­tar o poner­te físi­co. La ira es una ener­gía que te pone en movi­mi­en­to. ¿Algu­na vez has reci­bi­do una respues­ta de algu­i­en en Face­book y has pens­ado: ¿Se la mostra­ré? ¿Estás escri­bi­en­do y tus dedos vue­lan sob­re el tecla­do? Tam­bién aquí es la ira la que te mue­ve. Es una ener­gía que exi­ge movimiento.

Pero ¿qué pasa con no expre­sar eno­jo gri­tan­do, movién­do­se o inter­ac­tuan­do físi­ca­men­te con los demás? Tu eno­jo te dice que algo nece­si­ta cam­bi­ar. El movi­mi­en­to que cau­sa ira es un movi­mi­en­to hacia el cam­bio. Y esa es la cla­ve para obte­ner el mayor bene­fi­cio y el res­p­lan­dor más her­mo­so de esta ener­gía. La ira crea ten­sión en nues­tros cuer­pos. Y si esta ten­sión está pre­sen­te, actua­re­mos has­ta ali­vi­ar­la. A veces gri­tar­le a algu­i­en libe­ra tan­to la ten­sión en nues­tro cuer­po que des­pués nos sen­ti­mos más tran­qui­los. Pue­de que no nos sin­ta­mos bien gri­tan­do, y el desti­na­ta­rio cier­ta­men­te tam­po­co se sen­tirá bien, pero hemos libe­ra­do nues­tra ten­sión con éxito.

Sin embar­go, exis­ten formas más con­s­truc­ti­vas de cana­li­zar la ira y redu­cir la ten­sión que crea. Prue­be algu­nas de las sigu­i­en­tes formas de ali­vi­ar la ten­sión inst­an­tá­nea­men­te sin las­ti­mar a otras personas:

Mue­ve tu cuerpo:

  • Bailar
  • Sal­tar
  • Tren
  • Jar­di­ne­ría
  • cort­ar madera
  • Tocar un instrumento
  • Gol­pea las almoha­das de tu habit­a­ción o de tu cama
  • Per­mí­te­te gri­tar (ase­gúra­te de estar solo o de que los demás a tu alre­de­dor sepan lo que está pasan­do, o ve a un lugar apar­ta­do en la naturaleza)

Mue­ve la ener­gía mentalmente:

  • Escri­bir
  • Cant­ar

La ira se pue­de uti­li­zar para tomar el con­trol de su pro­pia salud. Leer y edu­carse, cam­bi­ar los hábi­tos ali­men­ta­ri­os y hab­lar con la gen­te al respec­to son pasos en esta dirección. Y cuan­do la gen­te nos cues­tio­na, la ira pue­de ayu­dar­nos a encon­trar una respues­ta cla­ri­fi­ca­do­ra que la gen­te aún pueda entender.

La ira tiene un poder tre­men­do. Ocur­re cuan­do nues­tros lími­tes han sido super­a­dos y nos sen­ti­mos vio­la­dos. Y el MOVIMIENTO que trae la ira es un movi­mi­en­to para cam­bi­ar algo en nuestras vidas para pro­te­ger­nos de vio­lar esos límites.

Cono­cer este poder de la ira pue­de ayu­dar­nos a uti­li­zar­lo con éxi­to, por ejem­plo para que las rela­cio­nes y los proyec­tos sean lo más posi­tivos posi­ble. Ella pue­de ayu­dar­nos a hacer cosas que de otro modo no harí­a­mos sin el cono­ci­mi­en­to de su pode­ro­sa ener­gía. Diri­gir la ira de mane­ra des­truc­ti­va pue­de destruir vidas, salud y rela­cio­nes. Usar­los de mane­ra con­s­truc­ti­va pue­de cam­bi­ar la vida, de mane­ra positiva.

En lugar de reac­cio­nar con ira, aquí hay algu­nas her­ra­mi­en­tas para vol­ver­lo posi­tivo.mi dirigir:

Díga­se a sí mis­mo en voz alta: estoy eno­ja­do. Estoy cabre­a­do.
Y pre­gún­ta­te esto:

  • ¿Qué lími­te fue violado?
  • ¿Qué no se respetó?
  • ¿Por qué sur­gen estos sen­ti­mi­ent­os? (Pue­de lle­var bastan­te tiem­po dar­se cuen­ta de esto. No sea dema­sia­do duro con­si­go mis­mo en este pro­ce­so si no fun­cio­na en el momen­to; la mayo­ría de las veces no se da cuen­ta has­ta horas, días o sema­nas). más tar­de y pue­de lle­var algu­nos años dar­se cuen­ta de ello inme­dia­ta­men­te, en el momen­to mis­mo, antes de reaccionar).

Para des­ha­cer­se de la ira, pue­de hacer cual­quie­ra de las cosas men­cio­na­das ante­rior­men­te. Y una vez que lo ten­gas cla­ro, podrás hab­lar con la per­so­na preo­cu­pa­da sob­re lo que pro­vocó tu enfa­do.
En tér­mi­nos de salud, es posi­ble no sólo cono­cer a una per­so­na, sino tam­bién sen­tir que el mun­do ente­ro te ha ment­i­do: la socie­dad, tu fami­lia. No inten­cio­nal­men­te, sino por­que no sabí­an nada mejor. Si no hay nadie que se preo­cupe por nues­tra salud, exis­te una opor­tu­ni­dad increí­blem­en­te pode­ro­sa de tomar­la en nuestras pro­pi­as manos y apren­der todo sob­re ella: de libros, de siti­os web, de exper­tos y méd­icos. Apli­car lo apren­di­do pue­de traer gran­des cam­bi­os. ¡Es posi­ble que no estar enfer­mo y eno­ja­do con la vida nun­ca le haya per­mit­ido generar ener­gía en su cuer­po y poner­lo en acción para cam­bi­ar su vida!
Al no tener con­di­cio­nes de vida que ten­gas que cam­bi­ar, ¿cómo sería la vida entonces?

Algu­nos de noso­tros pode­mos repri­mir tan­to nues­tra ira que se vuel­ve hacia noso­tros mis­mos, y esta ira inte­ri­or es la for­ma más des­truc­ti­va de afrontar­la. La mayo­ría de noso­tros no hace­mos esto a propó­si­to. Es un acto incon­sci­en­te. Si no te has per­mit­ido sen­tir eno­jo por­que la socie­dad ha estig­ma­tiz­ado la expre­sión de emo­cio­nes fuer­tes, o si tu fami­lia no te ha per­mit­ido expre­sar esos sen­ti­mi­ent­os, enton­ces tu pri­mer paso es liberar ese eno­jo y dejar­lo ir para dar­te. una voz legí­ti­ma y per­mi­ta que le con­mue­va. La razón por la que pode­mos repri­mir nues­tra ira es a menu­do por­que nos da dema­sia­do mie­do para sen­tir­la real­men­te y para que los que nos rode­an sean tes­ti­gos de ella. Pero la ira es pode­ro­sa y, si no se cana­li­za adecua­d­a­men­te, pue­de enter­rar nues­tro ver­dade­ro propó­si­to en la vida.

Aho­ra bien, es importan­te seña­lar en este pun­to que no todo en nuestras vidas está impuls­ado úni­ca­men­te por la ira. La ira es la otra cara de la pasión. Hay much­as cosas en la vida por las que pode­mos sen­tir pasión. Super­ar los pro­ble­mas de ira y apren­der a uti­li­zar­los de mane­ra con­s­truc­ti­va pue­de lle­var­nos a nuestras pasio­nes, de las que muchos de noso­tros a menu­do no sabe­mos nada. A menu­do es más pro­ba­ble que las per­so­nas sepan qué les eno­ja, por lo que es más fácil uti­li­zar esto como pun­to de part­ida por­que es más accesible.

Sin embar­go, no todo está per­di­do. Hay much­as, much­as mane­ras de mover las ener­gí­as emo­cio­na­les, y aquí hay algunas.

Exis­ten medit­a­cio­nes fáci­les de usar que nos ayu­dan a despe­jar las emo­cio­nes tóxi­cas. A medi­da que eli­mi­nes las emo­cio­nes tóxi­cas uti­liz­an­do estas her­ra­mi­en­tas o medi­an­te el tra­ba­jo de sana­ción ener­gé­ti­ca o emo­cio­nal, des­cu­brirás que es más fácil diri­gir la ener­gía para CREAR la vida que dese­as y sanar tu cuerpo.

En la edi­ción revi­sa­da y amplia­da de Medi­ci­na médi­ca, el ver­dade­ro ori­gen de la enfer­me­dad y la cura­ción Exis­ten algu­nas medit­a­cio­nes que ayu­dan a liberar emo­cio­nes tóxi­cas. Una de ellas es la medit­a­ción “recolec­tan­do piedras”. Comien­za esta medit­a­ción si tien­es pro­ble­mas. Llama tam­bién a los ánge­les para que te ayu­den con tu tra­ba­jo. Pue­den pro­por­cio­nar un buen sopor­te aquí. ángel de repa­ra­ción ser. Pue­de ayu­dar­lo a recup­er­ar­se de un trau­ma emo­cio­nal y resol­ver pro­ble­mas pro­fun­da­men­te arrai­ga­dos.
Otra medit­a­ción es esta. Medit­a­ción lunar. Es fácil de hacer y muy podero­so para liberar emo­cio­nes tóxicas.

Y no lo olvi­des: estas medit­a­cio­nes son gra­tui­tas y pue­des uti­li­zar­las como desees. Si nece­si­ta un apo­yo más pro­fun­do con la cura­ción emo­cio­nal, bus­que un ter­a­peu­ta que pueda ayu­dar­le con esto.

Recuer­da siemp­re: TÚ PUEDES SANAR y TRABAJAS PARA DIOS.
Incluso la más peque­ña semil­la de fe nos guía pro­fun­da­men­te en nues­tro via­je para crear nuestras mejo­res vidas y sanar nues­tros cuer­pos enfermos.

Fuen­te: munee​zaah​med​.com

(Nota del Equi­po Cele­ry Juice: Munee­za Ahmed es pro­ba­blem­en­te el prac­ti­can­te más cono­ci­do en Estados Uni­dos, qui­en fue cli­ente de nues­tra auto­ra favo­ri­ta duran­te vari­os años en rela­ción con su pro­pia enfer­me­dad gra­ve y que ha teni­do mucho éxi­to ase­soran­do a per­so­nas de todo el mun­do según a sus ense­ñanz­as. Ofre­ce cur­sos en línea alt­a­men­te reco­mend­ados y reú­ne, bajo un lide­raz­go alt­a­men­te com­pe­ten­te, una comu­ni­dad for­tale­ci­da de per­so­nas que dese­an seguir su cami­no de cura­ción con este conocimiento).

Tra­duc­ción al ale­mán: Sabi­ne Menzel

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