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Receta de jugo de apio: ¡cómo hacerlo bien!

El jugo de apio se ha con­vert­ido en un movi­mi­en­to mun­di­al que cada vez es más popu­lar. En esta rece­ta de jugo de apio apren­derás cómo pre­parar tú mis­mo este vali­o­so jugo, cuán­do es mejor beber­lo y qué no debes hacer con él. 

El jugo de apio sólo debe beber­se con el estó­ma­go vacío, de lo con­tra­rio no podrá des­ar­rol­lar sus efec­tos cura­tivos. Tra­te de beber medio lit­ro de jugo de apio fres­co por la maña­na al menos 15 a 30 minu­tos antes del desayu­no. El jugo de apio per­de­ría todo su poder cura­tivo si, por ejem­plo, se bebiera direc­ta­men­te con el desayu­no o la merien­da. Tam­bién sería un error agre­gar cual­quier cosa a tu rece­ta de jugo de apio, ya sea limón, manz­a­na, colá­ge­no, col rizada, vin­a­g­re de sid­ra de manz­a­na, incluso agua o hie­lo. No impor­ta lo que le pon­gas, anu­lará los bene­fi­ci­os del jugo de apio puro y sin adul­terar. ¡El jugo de apio debe beber­se puro! 

La receta del jugo de apio

Esto es lo que se nece­si­ta para apro­xi­ma­damen­te 0,5 litros de jugo de apio puro:

Pre­pa­ra­ción:

Lo ide­al sería com­prar tal­los de apio orgá­ni­cos para uti­li­zar la rece­ta del jugo de apio. Sin embar­go, si uti­li­za apio con­ven­cio­nal, láve­lo con agua tibia y unas gotas de deter­gen­te sin per­fu­me antes de expri­mir­lo. líqui­do lava­va­jil­las bio­ló­gi­co (no con bicar­bo­na­to de sodio). Lue­go enjuague bien las varil­las con agua corriente. 

Si está usan­do un expri­mi­dor, pase los pali­tos por el expri­mi­dor y lue­go cue­le el jugo a tra­vés de un cola­dor de mal­la fina. Esta es la úni­ca mane­ra de garan­ti­zar que se eli­mi­nen todos los com­po­nen­tes de fibra del jugo. 

Si uti­li­zas una bati­do­ra de alto ren­di­mi­en­to, los pali­tos se cort­arán en tro­zos peque­ños des­pués del lava­do. IMPORTANTE: Si es posi­ble, no agre­gue agua para evi­tar destruir las pro­pie­da­des cura­tiv­as del jugo de apio. Comience a mez­clar con una peque­ña can­ti­dad y lue­go agre­gue gra­du­al­men­te los tro­zos restan­tes. Des­pués de mez­clar, la papil­la hecha puré se debe pasar a tra­vés de una bol­sa de leche de nue­ces o simi­lar para que solo que­de jugo de apio puro. 

Beba su jugo de apio lo más fres­co posi­ble, pero siemp­re con al menos 15 a 30 minu­tos de distancia de otras bebi­das y alimentos. 

¡A la bue­na salud! 

Esto es lo que hay que añadir a la receta de jugo de apio: ¡NADA!

No obten­drás los tre­men­dos bene­fi­ci­os cura­tivos del jugo de apio incluso si comes ramas de apio o agre­gas apio a tu bati­do. Las sales de sodio del jugo de apio, que son las prin­ci­pa­les respons­ables de la cura­ción, ni siquie­ra lle­gan al cere­b­ro si, por ejem­plo, pones el apio en tu bati­do. Lo mis­mo suce­de si haces puré con el apio ente­ro y lue­go lo bebes con los com­po­nen­tes sóli­dos, aun así las sales del raci­mo no lle­gan al cere­b­ro. Si bebes jugo de apio, si tien­es otros ali­ment­os en el estó­ma­go, si comes los pali­tos de apio en lugar de expri­mir­los, si agre­gas apio como ingre­di­en­te adi­cio­nal a otro jugo ver­de o si agre­gas otros ingre­di­en­tes como colá­ge­no, car­bón activ­a­do , etc. a tu rece­ta de jugo de apio Agre­ga vin­a­g­re de sid­ra de manz­a­na para evi­tar que las sales del raci­mo lle­guen al cere­b­ro. Estos son sólo algu­nos ejem­plos de cómo todos estos adi­tivos pri­van al jugo de apio de sus pro­pie­da­des curativas. 

Espe­re al menos de 15 a 30 minu­tos si se des­pier­ta por la maña­na. Agua de limon antes de beber su jugo de apio puro. Lue­go espe­re al menos de 15 a 30 minu­tos has­ta el desayuno. 

jugo de limon

El jugo de apio cons­ta de un solo ingre­di­en­te. Incluso una mez­cla de jugo con apio y jugo de limón, por ejem­plo, no te brin­da los bene­fi­ci­os que dese­as por la maña­na. Es bue­no si te gustan otras mez­clas de jugos, pero guárd­a­las para más tar­de en el día. La rece­ta del jugo de apio de la maña­na tiene un solo ingre­di­en­te: el apio. El jugo de apio embotel­la­do comer­cial­men­te a menu­do se mez­cla con jugo de limón. Si bebe estos jugos, no le brin­darán los bene­fi­ci­os cura­tivos que espe­ra de ellos. Hay otros pro­ble­mas con el jugo de apio embotel­la­do; lea sob­re ellos a continuación. 

Vin­a­g­re de sid­ra de manzana

Evi­te agre­gar vin­a­g­re de sid­ra de manz­a­na a su rece­ta de jugo de apio. No obten­drá nin­gún bene­fi­cio del jugo de apio si le vier­te vin­a­g­re de sid­ra de manz­a­na, pero es una de las formas más rápi­das de destruir el jugo de apio. Con el vin­a­g­re de sid­ra de manz­a­na, se destruy­en inme­dia­ta­men­te las sales de sodio, las enzi­mas diges­ti­vas y las hor­mo­nas vege­ta­les del jugo de apio. La vit­ami­na C con­teni­da en el jugo de apio se vuel­ve inme­dia­ta­men­te inú­til. Toda la estruc­tu­ra del jugo de apio se destruye inst­an­tá­nea­men­te. Sin embar­go, la adi­ción de vin­a­g­re de sid­ra de manz­a­na al jugo de apio sigue sien­do pro­mo­cio­na­da como una fuen­te loa­ble debi­do a inte­re­ses y agen­das impuls­ados por el dine­ro. Man­tente fir­me y no te dejes con­fun­dir. Una vez que el vin­a­g­re de sid­ra de manz­a­na entra en cont­ac­to con el jugo de apio, se oxi­da inme­dia­ta­men­te, así que ten­lo en cuenta. 

Zumos de fru­tas y ver­du­ras y zumos verdes.

Las pro­pie­da­des cura­tiv­as del jugo de apio se ver­án seria­men­te com­pro­met­idas si inten­tas con­di­men­tar la rece­ta del jugo de apio con col rizada, manz­a­nas, zan­a­ho­ri­as, jen­gib­re y pepi­nos. Por muy ten­ta­dor que sea, guar­de estos ingre­di­en­tes para otro jugo más tar­de duran­te el día. 

Agua o hielo

No es bue­na idea mez­clar jugo de apio y agua por­que son muy dife­ren­tes. Por eso, nues­tro autor favo­ri­to desa­con­se­ja diluir el jugo de apio con agua o hie­lo. Los bene­fi­ci­os del jugo de apio qued­an anu­la­dos por el agua cor­ri­en­te. Esta es tam­bién la razón por la que el jugo de apio no debe des­hi­d­rat­ar­se y lue­go recon­sti­tuir­se con agua. Dado que el agua nor­mal no está viva, agre­gar agua no restaurará el jugo de apio. 

colá­ge­no

Una de las cosas más desas­tro­sas que pue­des mez­clar en tu rece­ta de jugo de apio es el colá­ge­no. Los bene­fi­ci­os del jugo de apio desa­pa­re­cen en el momen­to en que com­bi­nas colá­ge­no adi­cio­nal con jugo de apio en tu cuer­po. Cada paquete de sal y enzi­ma de sodio en el jugo reac­cio­na nega­tiv­a­men­te al colá­ge­no suple­men­ta­rio como si fuera un veneno. Una vez que la mez­cla de jugo de apio y colá­ge­no ingre­sa a la boca y al estó­ma­go, las sales del jugo de apio se adhie­ren al colá­ge­no extra­ño e inten­tan eli­mi­n­ar­lo del cuer­po a tra­vés del trac­to diges­tivo. A medi­da que las sales en raci­mo inten­tan neu­tra­li­zar el colá­ge­no adi­cio­nal, la pre­sen­cia pega­jo­sa del colá­ge­no envuel­ve y absor­be las sales en raci­mo de sodio. 

Si agre­gas colá­ge­no a la rece­ta del jugo de apio, se pier­den los increí­bles bene­fi­ci­os del jugo. Inten­tar eli­mi­nar el colá­ge­no extra­ño a tra­vés del trac­to diges­tivo es enton­ces el úni­co propó­si­to del jugo de apio. El cuer­po excre­ta el colá­ge­no sobran­te como pro­duc­to de des­echo y ni siquie­ra ingre­sa al tor­ren­te san­guí­neo. Dado que cual­quier colá­ge­no extra­ño que sale de las pare­des intesti­na­les se diri­ge al híga­do, el híga­do tiene otro albo­rot­a­dor más que sel­eccio­nar y eliminar.

Tomar colá­ge­no adi­cio­nal (espe­cial­men­te en for­ma de jugo de apio) no ayu­da a la piel, las arti­cu­la­cio­nes, el cabel­lo y las uñas y, por lo tan­to, no debe hacer­se bajo ningu­na cir­cuns­tancia. Lo mejor es ayu­dar a su cuer­po a pro­du­cir su pro­pio colá­ge­no (y bilis). Los anti­oxidan­tes, la vit­ami­na B12 adecua­da y el azu­f­re que se encuen­tra natur­al­men­te en los vege­ta­les, así como el cal­cio, magne­sio, zinc y síli­ce, que se encuen­tran en los ali­ment­os y suple­ment­os die­té­ti­cos, son úti­les. Estos son los ele­ment­os nece­sa­ri­os que real­men­te te apoyan, ade­más de beber jugo de apio puro con regu­la­ri­dad y desin­to­xi­car el híga­do de toxi­nas. La ver­dad es que tomar colá­ge­no NO PUEDE ayu­dar con nada de esto. Esta es una teo­ría fal­sa que sólo resul­ta en que se apro­ve­chen de los consumidores.

Pro­teí­na en pol­vo y car­bón activado.

Otras dos ten­den­ci­as que han sur­gi­do son la adi­ción de pro­teí­na en pol­vo y car­bón activ­a­do a la rece­ta del jugo de apio. Lo úni­co que se con­si­gue con esto es que las sales de sodio del jugo de apio pier­dan sus pro­pie­da­des curativas. 

HPP y jugo de apio embotellado

HPP signi­fi­ca pas­teu­ri­za­ción de alta pre­sión y signi­fi­ca que el jugo fue ent­re­ga­do des­de una instal­a­ción de pro­duc­ción, no recién prens­ado en frío, embotel­la­do y alma­cen­a­do para usted ese día. Uno pod­ría tener la idea de que el jugo está cru­do, ya que el pro­ce­so de pas­teu­ri­za­ción de HPP no requie­re calor. El caso es exac­ta­men­te lo con­tra­rio. Todo el jugo HPP está des­na­tu­ra­liz­ado. Como resul­ta­do de este nue­vo pro­ce­so, que aún no ha sido pro­ba­do, las estruc­tu­ras celu­la­res del jugo han cam­bia­do de for­ma y for­ma. Duran­te cient­os de años, se ha demostra­do que la pas­teu­ri­za­ción regu­lar es segu­ra. Sin embar­go, tam­po­co debes beber jugo de apio pas­teu­riz­ado nor­mal. Debe estar fres­co y cru­do. Es un error supo­ner que HPP signi­fi­ca jugo cru­do. Eso es sólo teo­ría. Para pro­lon­gar su vida útil, fue alterado y comprometido.

El jugo HPP no pro­por­cio­na los bene­fi­ci­os para la salud del jugo de apio fres­co. Es fácil ima­gi­nar que much­as per­so­nas con­su­men jugo de apio HPP, lo beben por un tiem­po y lue­go lo aban­do­nan por­que su con­di­ción y sus sín­to­mas no han mejo­ra­do. No lo agu­an­tes. Por otro lado, está bien beber jugo de apio embotel­la­do y colo­ca­do en el estan­te de una bar­ra de jugos en una tien­da ese día si pue­des veri­fi­car cuán­do se hizo ese jugo de apio para que real­men­te se haya hecho ese día. Por supues­to, es mejor si pue­des espe­rar a que el jugo esté recién hecho fren­te a ti. Tam­bién pue­des llamar con anti­ci­pa­ción y ase­gur­ar­te de que tu jugo de apio esté lis­to a una hora especí­fi­ca cuan­do pued­as recogerlo. 

Table­tas de apio y apio en polvo.

No hay for­ma de obte­ner los mis­mos resul­ta­dos con las table­tas o el pol­vo de apio que con el jugo de apio fres­co. Hay algu­nas hier­bas y fru­tas que pue­den ser bene­fi­ci­o­sas en for­ma seca o en pol­vo, pero estas formas alter­na­tiv­as, en el caso del apio, son una pérdi­da de dine­ro y no brind­an los mis­mos bene­fi­ci­os que el apio fres­co para su rece­ta de jugo de apio. Sólo el apio puro, fres­co y en jugo ofre­ce bene­fi­ci­os cura­tivos. Es importan­te seña­lar que el suple­men­to die­té­ti­co fuer­za de apio, NO apio en pol­vo ni table­tas de apio. Es un com­ple­men­to al con­su­mo de jugo de apio y no con­tiene nin­gún tipo de apio. Lo tomas 30 minu­tos antes o des­pués del jugo de apio. 

fuen­te

Fotos: Urb Maar­ja

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